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¿Qué es lo que más te interesa del proceso de desinfección en la clínica dental?
En realidad, me interesa todo el proceso en sí mismo, pero principalmente me enfoco en el proceso de desinfección del instrumental, ya que al manipularlo estamos expuestos a microorganismos transmitidos por vía hemática.
¿Cómo ha evolucionado la desinfección en la clínica dental desde que empezaste a trabajar?
En realidad, la desinfección en sí misma no ha evolucionado mucho, pero sí lo han hecho los procesos de mecanización. Ahora contamos con aparatos que reducen la manipulación del instrumental y, por lo tanto, protegen al personal que realiza estas funciones dentro de la clínica dental.
Sin embargo, lo que sí ha evolucionado son los microorganismos, como lo demuestra la evidencia científica. No solo han aparecido resistencias frente a los antibióticos, sino que también se han documentado microorganismos resistentes a los biocidas.
El objetivo principal de un agente biocida es destruir o inhibir el crecimiento de microorganismos. Desde la década de los 50, se sabe que existen cepas capaces de ser resistentes a algunos biocidas. Estos microorganismos modifican su barrera lipídica para sobrevivir frente a algunos compuestos.
¿Qué consejos darías a una clínica que acaba de abrir en cuestión de protocolos de desinfección?
Es importante que todas las personas que trabajarán en esa clínica conozcan el proceso a seguir, estén informadas sobre los productos biocidas que utilizan, su forma de uso, los tiempos de exposición, y que dispongan de las fichas técnicas y de eficacia de cada producto. Además, deben evaluar si estos productos cubren las necesidades requeridas.
Este protocolo debería ser realizado por una persona con formación en bioseguridad, capaz de evaluar y minimizar los riesgos. Cuando se incorpore un nuevo miembro al equipo, es indispensable que disponga de esta información, preferiblemente por escrito. También es muy recomendable que esté visible en la zona destinada a la desinfección y esterilización.
Como higienista, ¿qué consejos le darías a una higienista que entra a trabajar en una clínica dental?
Desde el punto de vista de la bioseguridad, le recomendaría que se forme continuamente. No podemos controlar aquello que desconocemos, y en este caso me refiero a tener un conocimiento mínimo indispensable en microbiología. Es importante conocer frente a qué microorganismos estamos expuestos, cuál es su forma de transmisión y cómo eliminarlos de manera segura.
¿Quiénes deben estar involucrados en el proceso de desinfección?
Todo el personal que forme parte del equipo dental. Normalmente, el personal encargado de realizar la desinfección está involucrado en este proceso, pero para trabajar en un entorno bioseguro, todo el personal clínico debe estar implicado de alguna manera.
¿Por qué parece que no haya un protocolo oficial establecido en todas las clínicas?
La prevención de las infecciones cruzadas en la clínica dental es algo que suele pasarse por alto, ya que no aporta una rentabilidad directa a la consulta.
Existen normas, recomendaciones, documentos de consenso y guías, pero no disponemos de un protocolo oficial, a diferencia de otras profesiones expuestas a riesgo biológico que sí cuentan con protocolos oficiales de obligado cumplimiento. Hasta que esto no sea así, dependerá del criterio adquirido por cada profesional durante sus años de ejercicio, y estos criterios no siempre son lógicos. Además, esto expone al personal a microorganismos potencialmente patógenos cada día. Algo que no genera rentabilidad es difícil de implantar en la sanidad privada.
¿Cuál crees que es el gran olvidado de la clínica dental en materia de desinfección, en lo que hacemos menos hincapié?
El área de desinfección y esterilización, es decir, la zona sucia, no se desinfecta adecuadamente, en todo caso se limpia, pero difícilmente se desinfecta.
¿Ha quedado algo de los procesos que se establecieron durante la pandemia?
Creo que no. Muchos de estos procesos no eran ni coherentes ni seguros debido a su toxicidad e innecesarios ante un virus respiratorio. En una clínica dental, exceptuando el uso de mascarillas FFP, no había mucho más que hacer en comparación con las condiciones normales.
Tuvimos que enfrentar una pandemia para recordar la importancia de la desinfección del aire interior, cuando hace 150 años ya se destacaba la importancia de tener un aire limpio para garantizar la salud de los pacientes. Podríamos remontarnos incluso más atrás en el tiempo, y la desinfección o limpieza del aire interior siempre fue considerada como un punto importante.
¿Crees que las redes sociales pueden ser una herramienta de difusión de la importancia de la profesión de higienista?
Evidentemente, las redes sociales son una buena herramienta de difusión e información, pero desde un punto de vista personal, no sustituyen la formación adecuada.
En el último año, se ha introducido en la clínica dental productos para la desinfección de uso doméstico. ¿Qué opinas al respecto?
Sinceramente, considero que es una aberración. En condiciones normales, nadie se plantea ducharse con lavavajillas. Me gustaría saber en qué momento alguien consideró utilizar productos domésticos en el ámbito clínico, cuando las necesidades y los microorganismos no son los mismos. Por lo tanto, la eficacia de estos productos no es suficiente para garantizar la seguridad de los pacientes ni la nuestra propia.
Algunos productos de uso doméstico introducidos en las clínicas dentales afirman reducir la carga bacteriana en un 99%, pero ¿frente a qué bacterias son efectivos? Por otra parte, aunque su principio activo sea un biocida, la concentración de estos productos para uso doméstico no es la requerida en el ámbito clínico.
Si hablamos de superficies y fómites, con un producto de uso doméstico, alguien podría pensar que el proceso de esterilización del instrumental acabará con cualquier microorganismo en condiciones normales. Sin embargo, quiero destacar que un proceso incorrecto de limpieza puede inhibir la esterilización.
